¿Tibieza extrema?

Hoy en día en las promociones de recitales o eventos cristianos se usan las palabras “extremo” y “Jesus freak” con una ligereza que impresiona.

No importa si luego en el evento mismo se predica el cristianismo mas light, tibio y permisivo, pero en sus imágenes publicitarias de seguro usarán la palabra “extremo”.
¿Por qué razón?. Sencillo......... MODA.
Al apenas investigar uno descubre que la mayoría de los que emplean estos términos no tienen ni idea lo que significan.

¿Imagen extrema?

Algunos creen que sl se visten o peinan de una manera no convencional ya se los puede considerar los nuevos revolucionarios de la Iglesia.

Creen sinceramente que forman parte de un cambio radical del cristianismo con solo entrar a una Iglesia con su peinado punk, su ropa negra gotica, una mirada de ladrón callejero o un piercing.



¿Anti-sistema extremo?

Otros han sido muy influenciados por ideologías anti-sistema a través de grupos de música secular y hablan todo el tiempo a favor de la clase obrera, los indígenas como reales dueños de las tierras de América, y contra la imagen típica del religioso al estilo Flanders (personaje de los Simpsons que muestra un cristianismo hipócrita y santulón).
Muchos de estos jóvenes tienen grupos de música en los que cantan cosas como “muerte al sistema”, “justicia al obrero” y cosas por el estilo.

¿Moda extrema?

Están los Hillsong United y todos sus imitadores mundiales, con sus peinados modernos, show de luces, alabanza al estilo “somos los chicos Rock pero para Cristo”, pantalones rotos y los más osados algún tatuaje. Les encanta la palabra “revolución” y la música. No se pierden ningún evento cristiano y lo darían todo por llegar a ese ministerio “hillsoniano”.



¿Humanismo extremo?

Lamentablemente, más o menos del año 2000 en adelante, nos ha invadido una corriente humanista que ha alcanzado aún a predicadores, pastores y demás que en otro tiempo quedaban afónicos predicando todo lo contrario.
Hoy al oírlos uno se pregunta que pasó con todo aquello que enseñaron.

En la actualidad parecen creer, al oírlos predicar, que el gran cambio que Dios le está haciendo a la Iglesia es:

1-Predicaciones con más humor. Hoy para predicar es “radicalmente” necesario haberse leído unos cuantos libros de chistes.

2-Dios ya no busca que dependamos de él para todo. Ahora quiere hacerte ver que tú eres un campeón y que tienes un potencial ilimitado.

3-Ya los que “quieren enriquecerse” NO “caen en lazo y tentación” como dice 1 Timoteo 6:9, sino que ahora el Señor desea con todo su corazón que busquemos estas cosas para poder hacernos más ricos que a Salomón.

4-Nuevos métodos, ideas y estrategias sacadas de algún libro de mercadeo y crecimiento empresarial.

5-La Biblia ya no es el libro que se usa en nuestras predicaciones. Dios se dio cuenta que Su Palabra aburre al hombre moderno y le dice a sus siervos que ahora diagramen sus predicaciones basados en algún libro motivacional moderno, de autoayuda, psicología o sociología contemporánea.
Los ejemplos a seguir ya no son ni David, ni Jeremías, ni Pablo, ni Jesús. Ahora son Dale Carnegie, Rockefeller o Bill Gates.
Y si se llega a usar algún personaje bíblico se utiliza un Abraham solo para demostrar cuan rico uno puede ser, o David para decir cuanto debo luchar para alcanzar todo lo que me propongo.
Jamás usar la Biblia en su contexto y dejar que ella nos acerque a algo tan anticuado como la muerte de uno mismo o la rendición total a Dios sin esperar nada a cambio.

¿Donde está el extremo?

¿Este creen que es el gran cambio que necesita la Iglesia?. ¿Esta es la gran revolución que Dios está trayéndonos para cambiar nuestra forma de ver el cristianismo?.
¿Creen de verdad que el Señor nos ha visto perdidos y errando la dirección y ha decido cambiar nuestros peinados, romper un par de pantalones, hacernos un tanto comunistas anti-sistema, regalarnos una cuantas guitarras para que nuestra adoración sea mas roquera o poner en nuestras manos libros de ideología humanista creada por hombres que al negar a Dios han creído que su única oportunidad en la vida son ellos mismos, llenos de frases como “encuentra el líder que está en ti”, “la gestión del tiempo para el éxito” y “debes amarte mas a ti mismo”?.

¿De verdad creen que está es la gran revolución de Dios para este tiempo?

¿De verdad piensan que el Señor está llevando por fin de vuelta a su pueblo a un cristianismo radical al ver y hacer todo este tipo de cosas?

¿De verdad creen que al entrar en los canales de televisión seculares con programas que en ningún momento mencionan a Cristo ni por error, o que al usar el mismo lenguaje que la gente de este mundo y mezclarnos entre ellos como agentes secretos con un mensaje tan camuflado que un adivino solo puede saber que nuestra intención es predicar el evangelio estamos revolucionando la Iglesia?

¿De verdad consideran que es bueno acercarnos tanto al mundo?.

¿En serio comparan esta clase de evangelismo tan “extremadamente” humano que no se nota la diferencia, con lo que hizo Jesús al comer con pecadores, ladrones y prostitutas?

¿De verdad?

¿Es esta nuestra revolución?

¿Es este nuestro “cristianismo radical”?

Cristianismo radical

¿Sabes lo que significa la palabra “radical”?.
Viene del latin “radix” y significa raíz o de base, refiriéndose sobre todo a un punto de vista profundo, sustancial. Alguna posición que busca ir al fondo o raíz de alguna creencia o ideología.

De manera que jamás podemos ser “radicales” en nuestra fe, a no ser que lo que busquemos sea profundizar en ella. Adentrarnos profundamente en las raíces del cristianismo. Investigar sedientamente en la Palabra para saber lo que es ser cristiano y así poder vivirlo a pleno, lo más completamente posible.

Podemos usar toda la terminología que nos haga sentir los revolucionarios del siglo 21, pero si vives con una linda amistad con el pecado, te podrás sentir muy moderno, pero la verdad es que lo tuyo ya lleva como mínimo casi 2000 años. Lo tuyo es lo mismo que le pasaba a la Iglesia en Laodicea: tibieza. Y en cualquier momento serás vomitado de la boca del Señor.

Gente que se llama a si misma “radical” y “revolucionaria” y habla de “aplastar el sistema”, y fuma, tiene relaciones sexuales antes del matrimonio, está resentido contra otras personas, jamás profundiza en la Palabra y tiene una vida privada de oración tan profunda como su ombligo, no es otra cosa que gente “extremadamente engañada”.
Al diablo no le molestan mucho tus canciones de “revolución al sistema”, ni tu peinado revolucionario, o tus palabras anti-sistema, a él le desespera tu estilo de vida, tu forma de vivir, tu manera de profundizar en todas las áreas de tu existencia el cristianismo.
Sino hoy gritas “revolución al sistema del diablo” y mañana cuando te ve pecar como si nada él riéndose te dice: “bienvenido a mi sistema”.

Nuestra forma de VIVIR el cristianismo debe “radicalizarse”.
Urgentemente.

La revolución que necesitamos es volver a la raíz, a la esencia, a la Palabra, a la verdad absoluta que nos fue entregada por medio de la Palabra de Dios.

No necesitamos inventar un nuevo cristianismo. NO. Eso es herejía, y Pablo escribió que cualquiera que predicara otro evangelio (por más lindo que suene) sería “anatema” (Galatas 1:8). Lo que necesitamos es volver a la raíz de lo que esta escrito. A lo profundo de nuestro cristianismo.

No necesitamos más filosofías humanas, grandes ideas, versículos e historias sacados de contexto para ilustrar un pensamiento nuestro.

Necesitamos un autentico movimiento de Cristianismo Radical. Gente que verdaderamente muera a este mundo, a su orgullo, su reputación, su “gran ministerio”, la fama y las riquezas que la “farandula evangelica” le pueda dar hoy, a su más placentero e intimo pecado, a la cómoda y somnolienta tibieza, y decida radicalizar su cristianismo.
Aunque eso signifique que tenga que reconocer que lo que ha estado predicando en estos últimos 10 años estuvo equivocado, aunque signifique la cruz en su estado puro, quiera decir lo que quiera decir.... Contra viento y marea, contra las criticas de los que piensan que agradan a Dios acusándonos o echándonos del Sanedrin.

Gente que esté dispuesto a llevar su cruz y le siga, sea lo que sea que esto venga a significar.

Gente que diga: “Señor venga tu reino, aunque eso signifique que se vaya mi propio reino para siempre”.

Gente que mire en la Palabra profundamente y en conversación con su Señor antes de predicar, enseñar o dar una opinión.

Gente que se enamore tanto de su Dios que vea absolutamente tonto y mediocre cada vez que alguien le hable de lo que “Dios le puede dar” como si se pudiera comparar a El mismo con algunas de las cosas terrenales.

Gente que en el medio de la muerte de uno de sus hijos, esposa o novia diga: “aún con mi corazón hecho pedazos sigo diciendo que ‘tu eres absolutamente fiel y digno de toda adoración’. Jehova dió, Jehova quitó, bendito sea Jehova”.

Sin lugar a dudas esto sí es un gran cambio “revolucionario” para este tiempo.
Necesitamos desesperadamente un movimiento de “Cristianismo Radical”.
¿Habrá gente que quiera esto?

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